La relación entre una electroválvula y la lucha frente al cambio climático

A causa de la sequedad de la pasada primavera e invierno, y junto con los efectos del cambio climático, la sequía es inminente en España. Con ello, a la necesidad de regar nuestros huertos y jardines se suma racionar el consumo de agua para evitar carencias. Una situación complicada, pero para la que tanto una electroválvula como un abono de mayor calidad pueden sernos de gran ayuda.

Agricultura entre olas de calor

Con toda España alcanzando máximos de temperatura históricos, y bajo la amenaza de los incendios que asolan nuestro territorio, cuidar de nuestro jardín, terreno o huerto este verano es un verdadero reto. Más aún, cuando, si ya el calor extremo y el fuego no eran lo suficientemente amenazadores, debe sumarse en la ecuación una sequía que parece seguir incrementándose a lo largo y ancho de nuestro país.

Ante tales circunstancias, surge también el problema de compaginar la necesidad del riego con la ausencia de agua. Donde poder recurrir a ciertos dispositivos como las electroválvulas Mundoriego pueden marcar la diferencia entre aguardar al desastre o sobreponerse a la adversidad. Aunque, probablemente, lo peor de todo es que esta situación a la que enfrentarse será de lo más común en nuestro futuro más cercano.

Una sequía agravada por el cambio climático

Por lo general, y aunque el cambio climático constituya un agravante irrefutable, España suele sufrir sequías por su ubicación en el planeta. Localizada en una zona cálida del globo, pero no demasiado, la influencia de las masas de aire calientes provenientes de África causan aumentos de la temperatura y de la sensación térmica. Pese a ello, la sequía en el país ha pasado de ser relativamente normal a una situación crítica.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este recrudecimiento de la sequía tiene que ver, en parte, la sequedad de la pasada primavera e invierno ha causado sus estragos. Sin lluvia suficiente como para frenar o contener la sequía que se nos avecinaba, las olas de calor han alcanzado los 45 grados en algunos puntos del país. Un pez que se muerde la cola dando círculos en su pecera de agua caliente.

En todo caso, el cambio climático supone una amenaza real para medioambiente global. Y, ante el calor, como recurso, debemos racionar el uso del agua no sólo en la ducha y el lavabo, sino también en el riego. Razón por la que, a fin de no malgastar una sola gola, es imperativo invertir en recursos para desarrollar un consumo responsable. Tanto si ostentamos un pequeño jardín como si vivimos gracias a nuestro huerto.

Recursos para afrontar la sequía

A pesar de que la transición total hacia el consumo responsable puede ser difícil y cara, existen algunas herramientas que nos pueden ayudar a ser más sostenibles. En el caso que nos ocupa, y sin tener en cuenta ejemplos de energías de fuentes renovables como las placas solares, actualizando nuestro sistema y método de riego. Tanto si hablamos del goteo como del uso de una cómoda y efectiva electroválvula.

En esencia, una electroválvula es un aparato que controla el paso de corriente a través de nuestro sistema de tuberías. Mediante el uso del llamado solenoide, que cierra y abre la válvula, este dispositivo regula el flujo gracias a un software. Pudiendo así controlar el paso tanto de flujos de agua y aire como de vapor y otros gases, echando mano de una herramienta útil y sencilla para instalar en lugares de difícil acceso.

A grandes rasgos, las válvulas de riego de esta índole tienen como objetivo controlar y programar la presión y caudal de agua. Es decir, ajustando la presión y el flujo deseados, según nuestra costumbre o cuanto necesite nuestro terreno, sin tener que hacerlo manualmente. Una posibilidad que, junto a sus materiales de construcción y la sencillez de su uso, resulta también en un recurso que apenas requiere mantenimiento.

Cómo racionar el agua sin privarla totalmente

Las plantas y los árboles necesitan del agua para vivir. Por ello, dejarlas sin una de sus fuentes de energía durante la sequía no guarda más que un final amargo y trágico. Ante la necesidad de reducir la frecuencia, es recomendable que reguemos cada dos días como mucho y cuando el sol esté bajo. Es decir, a primera o a última hora del día para evitar que la incidencia del sol y del calor evaporen rápidamente el agua.

Con todo, y además de limitar el riego lo máximo posible, es preciso compensar la carencia de agua que sufrirá nuestro huerto, jardín o terreno. Recordando que las altas temperaturas no sólo afectan a las plantas, si no también a la tierra, incrementar la calidad del abono y los fertilizantes nunca está de más. Con eso, y el uso de una válvula de riego, nuestro edén agrícola podrá resistir en mejores condiciones la sequía.

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